«Como traductores debemos insistir en lo que como profesionales humanos podemos hacer de forma diferente a los sistemas informáticos, el valor que aportamos. Los sistemas pueden ayudarnos mucho pero siempre van a hacer falta traductores humanos. Hace 60 años, cuando yo era estudiante, ya nos decían que nos quedaríamos sin empleo por la traducción automática, pero eso no ha sido así.»
Lee la entrevista completa que le hicieron en el Diario de la Universidad Pablo de Olavide.
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