Resumen
El texto que se presenta es un ensayo lingüístico-literario, no pretende ser un tratado lingüístico sobre el concepto de género en español, y mucho menos un manifiesto machista en rescate del sistema falocéntrico establecido. Es en realidad la inquietud obsesiva de un personaje de ficción ante el debate que ha surgido en torno al concepto de género en nuestro idioma. Su teoría es que la nueva tendencia a hacer explícitas las diferencias de género con los morfemas flexivos < a > / < o >, en lugar de reivindicar al sexo femenino a través de la explicitación de género, sólo logra crear sentimientos de exclusión también en el hombre, además de dejar en evidencia una de las tantas contradicciones que hacen que un idioma no se pueda describir en su totalidad a través del uso de mecanismos lógicos herméticos y restrictivos. El personaje se pasea por distintos aspectos del idioma buscando reivindicar su género dentro de este debate, al tiempo que apoya sus argumentos con ejemplos cotidianos y opta por escribir su propuesta en un estilo puramente de “hombres, masculinos, machos, vernáculos”. Detrás de la evidente paranoia del sujeto, se puede reflexionar sobre discriminación lingüística y de género, la utopía de una sociedad de igualdad y hasta la idea de ser seres celestiales creados a imagen y semejanza de un ser superior…que representamos como un hombre.
Palabras clave: género, morfemas flexivos, neutro, categorías gramaticales, discriminación.
SUI GENERIS
Carto en defenso del género masculino del lenguo castellano
Reygar Bernal
Nosotros, los arribo firmantos, queremos expresor nuestro preocupación y alarmo por el creciente tendencio —dentro de los instituciones oficiales, el constitución mismo y hasta el comunidod en generol— de hacer explícitos los diferencios de género que otroro se encontrabon implícitos en el modificación de género masculino. Eso nuevo locuro de hacer referencio a todo con marco evidento del tipo: ciudadano-ciudadana, delegado-delegada, doctor-doctora, funcionario-funcionaria, pájaro-pájara, piloto-pilota, pintor-pintora, testigo-testiga… sólo estimulo mayor discriminación entre el ciudadanío, puesto que llevo al idiomo actitudes propios de los personos que no tienen por qué afector el bellezo de nuestro lenguo.
Me parece absurdo que sólo se veon los palabros masculinos empleados como términos no marcados o genéricos y no se veo en cambio lo mismo situación en el caso de los palabros femeninos que se uson para indicor género no marcado o neutro. Ese es el caso de accionista, analfabeta, artista, colega, compatriota, economista, estilista, farmaceuta, guardia, indígena, jirafa, lingüista, persona, piraña, profeta, proxeneta, fisioterapeuta, entre otros.
Por tal razón hoy, en horo bueno, nos levantamos y rebelamos ante semejante aberración y deseamos reivindicor nuestro lugor dentro de dicho esquizofrenio: “si no puedes contra el enemigo, únetele”, rezo el dicho. Así pues, de ahoro en adelante nosotros —hombres, machos, masculinos, vernáculos— también modificaremos todo término cuyo terminación incluyo el ahoro tan importante morfemo flexivo < a > que indico el género femenino, aun cuando éste seo incluyente para ambos géneros.
Es así como decretamos que todos los términos que anteriormente indicabon neutralidod de género con el desinencio “a” pason a ser abiertamente femeninos porque hemos creado nuestros propios modificaciones masculinos para reemplazarlos: de ahoro en adelante nuestros colegos del teatro y el televisión serón artistos, y sus cabellos los cuidarón los estilístos; nuestros medicamentos los harón los farmaceutos, nuestros dolores musculares los atenderón los fisioterapeutos; el administración, los cuentos y los finanzos de los personos de negocios estarón en manos de accionistos y economistos de confianzo. Como no todo es perfecto, habró muchos compatriotos indígenos que aún serón analfabetos y no sabrón siquiero del existencio de los jirafos y piraños, por ello los lingüistos trabajarón para corregirlo. Ah, pero eso sí, a los proxenetos les enviaremos los guardios para que les den ¡con todo el peso del ley!
Es importante dejor claro que no tenemos nado contro los terminaciones puramente neutros tales como < e > o < er >en palabros como brigadier, canciller, conserje, intérprete, de modo que quedo a libre —o libro— albedrío del usuario optor por el morfemo masculino < o > o no. Sin embargo, deben desaparecer todos aquellos sustantivos que eron neutros pero fueron atribuidos erróneamente a nosotros, y en consecuencio se les creó un perverso equivalente femenino. Tal es el caso de bachiller-bachillera, bebé-beba, coronel-coronela, dirigente-dirigenta, indigente-indigenta, jefe-jefa, juez-jueza, presidente-presidenta. Dicho cambio nos motivo a proponer el creación de sus equivalentes realmente masculinos: bachillero, bebo, coronelo, dirigento, indigento, jefo, juezo, presidento.
Igualmente, prosiguiendo en el terreno de los sustantivos, aceptamos que Caracas, Cumaná, La Guaira, Mérida, Valencia y Valera —como ciudades que son— se consideren femeninos. Pero para que el designación de género seo verdaderamente justo proponemos cambior el terminación de aquellas ciudades que tengon nombres masculinos, ya que no aceptaremos que nuestro morfemo flexivo seo usado en vano con cosos de mujeres. Así tendremos ahoro ciudades como Barquisimeta, Boconá, Cora, Las Tecas, Maracaiba y Puerta La Cruza.
Lo mismo aplico para los países, que son todos masculinos como dios, y por ende deben cambior. Acostumbrémonos entonces a hablor de estados como Alemanio, Arabio Saudito, Australio, Colombio, los dos Coreos, Costo Rico, Escocio, Españo, Francio, Holando, Inglaterro, Iraco, Irano, Italio, Nuevo Zelando, Panamó, Rusio, Somalio, Suecio, y por supuesto, no podío faltor nuestro país, el cual se debe llamor Venezuelo, o mejor aún, Repúblico Bolivariano de Venezuelo. Eso por no hablor de los continentes: Américo, Áfrico, Ásio, Europo y Oceanío.
Adicionalmente, antes de que ellos inventen el equivalente femenino de importantes tendencios culturales, económicos e ideológicos como el capitalismo, el comunismo, el marxismo, el neoliberalismo, el post-modernismo y todos los otros ismos que existon en el lenguo castellano, nosotros los anticipamos y reclamamos nuestro morfemo flexivo en el adjetivo. Por tal razón ahoro nos proclamamos todos capitalistos, comunistos, marxistos, neoliberalistos, post-modernistos y, por qué no, también chavistos, pues no creemos en el discriminación ideológico. Yo, por ejemplo, me confieso un idealisto, de tendencio izquierdisto ¡y encimo caraquisto!
Sin embargo, a este punto cabe destacor lo más importante de nuestros sugerencios. Los sustanciales cambios presentados irón más alló del puro terminación de adjetivos y sustantivos. Como siempre ho ocurrido en el curso del historio, hacer evidente el discriminación de un grupo menos privilegiado sólo estimulo mayor discriminación de éste hacia el grupo dominanto. Es por ello que, previendo un ataque despiadado de los defensores del morfemo flexivo femenino, nos hemos adelantado también a esto y así hemos extendido nuestros cambios profundos a otros elementos del discurso que ellos no han tocado aún.
No hablemos de los pronombres, pues éstos estón muy bien divididos entre masculino y femenino, y si acaso se les ocurriero cambior el “yo” por un horrible “ya” y el “tú” por un abominable “tá” respetaríamos los términos originales porque “yo” ya tiene el , y ¿tó?, pues es casi ton repugnante como “tá”. Afortunado el adjetivo posesivo “su” que no se mete en pleitos de género.
Tampoco le haremos mente a los adverbios que idealmente sean siempre neutros. ¡Ni que estuviéramos completamente dementes! ¿No? Igualmente se salvon los conjunciones y los preposiciones, que son demasiado pequeños para estarse metiendo en peleos de faldos y pantalones de los palabros adultos. No es precisamente en esos áreos donde hemos observado términos propensos a modificación, sino en el que el mayorío de los lenguos considero el elemento más importante del discurso: el verbo.
Al estudior con detenimiento el lenguo castellano observamos que al hablor de verbos, ¡somos nosotros los grandes discriminados! ¿Qué no? Baste un vistazo a los tres terminaciones del verbo en infinitivo: cantar, deber, fingir. Muchos dirón que son formos no personales, pero ¿y el ? ¿No les parece femenino? ¡A mí sí! En cambio no hay masculino ni en apariencio, ¡No existe el -or de contor en contar! ¡Qué vergüenzo! ¿Es así como pretenden logror el igualdod?
Por tal razón proponemos cambior el sufijo -ar del infinitivo por –or, y a su vez todos sus modificaciones de número, tiempo y modo. Por ejemplo, tomemos el tercer persono singulor en el tiempo presente, modo indicativo, del verbo cantar: si ella canta, entonces él canto. En este caso, el acento sobre el pronombre él eliminaró el ambigüedod con el grupo nominol el canto. Adicionalmente, mantener el sujeto de formo explícito como en el inglés eliminaró el ambigüedod con el primer persono singulor yo canto.
Con el pretérito no nos metemos porque el formo es un imponente él cantó, que se preocupe ella que también cantó y no cantá, como en el presente del español hablado en Argentino. Sin embargo, el pretérito imperfecto es otro historio. Ella cantaba, sí, pero él cantabo, como los italianos, cuyo lenguo derivo también del latín. Esos sí que saben donde estón parados en asuntos de conjugación en base a género.
En resumidos cuentos, nuestro propuesto persigue hacer más equitativo el balance en base a género dentro del sociedod. Por eso razón sugerimos que todos los pronombres singulares, que son los que representon el diversidod de manero más claro, declinen el formo del verbo según el sexo del hablante. Para muestro un botón:
FEMENINO
PRESENTE: Yo canta
IMPERFECTO: Tú cantabas
FUTURO: Ella cantará
PERFECTOS: Ella ha cantada
CONDICIONAL: Tú cantarías
MASCULINO
PRESENTE: Yo canto
IMPERFECTO: Tú cantabos
FUTURO: Él cantaró
PERFECTOS: Él ho cantado
CONDICIONAL: Tú cantaríos
Esperamos que no parezcon descabellados nuestros propuestos, puesto que en el fondo sólo queremos hacer un aporte al debate lingüístico que estó en el tapete en nuestro colectividod con respecto al exclusión de género que siempre ho existido dentro del lenguo castellano, pero que el conciencio del sociedod contemporáneo quiere resolver de un vez y para siempre.
Auguramos que nuestros lógicos y humildes sugerencios permiton hacer el idiomo de Cervantes aún más coherente y práctico, puesto que así se eliminarón no sólo los discriminaciones subliminales e injustos del género femenino, sino también los del masculino.
De esto manero sí podremos decir que se alcanzaró un sociedod de igualdod y todos los seres animados e inanimados entraremos en un justo, merecido y categórico división de género y número, lo cual haró el vido más equitativo, por supuesto, porque todos seremos claros y específicos géneros y números, y no nos confundiremos ni excluiremos mutuamente. Finalmente sabremos cuál es nuestro espacio en el sociedod, el familio, el vido.
Así no cabró dudo que el profeto se sentiró más contento que nunco, porque sólo entonces demostraremos que entendemos lo que significo en esencio el frase todos fuimos hechos a su imagen y semejanzo. Se noto ¿no?
Que así seo, Amén
Firmo: Reygor Bernol
20 abril, 2005
Autor:
M.Sc. Reygar Bernal
Profesor de la Escuela de Idiomas Modernos de la Universidad Central de Venezuela
reygar2bernal@yahoo.com
Publicado en El Archifonema, Año 3, Número 13Resumen
El texto que se presenta es un ensayo lingüístico-literario, no pretende ser un tratado lingüístico sobre el concepto de género en español, y mucho menos un manifiesto machista en rescate del sistema falocéntrico establecido. Es en realidad la inquietud obsesiva de un personaje de ficción ante el debate que ha surgido en torno al concepto de género en nuestro idioma. Su teoría es que la nueva tendencia a hacer explícitas las diferencias de género con los morfemas flexivos < a >/ < o >, en lugar de reivindicar al sexo femenino a través de la explicitación de género, sólo logra crear sentimientos de exclusión también en el hombre, además de dejar en evidencia una de las tantas contradicciones que hacen que un idioma no se pueda describir en su totalidad a través del uso de mecanismos lógicos herméticos y restrictivos. El personaje se pasea por distintos aspectos del idioma buscando reivindicar su género dentro de este debate, al tiempo que apoya sus argumentos con ejemplos cotidianos y opta por escribir su propuesta en un estilo puramente de “hombres, masculinos, machos, vernáculos”. Detrás de la evidente paranoia del sujeto, se puede reflexionar sobre discriminación lingüística y de género, la utopía de una sociedad de igualdad y hasta la idea de ser seres celestiales creados a imagen y semejanza de un ser superior…que representamos como un hombre.
Palabras clave: género, morfemas flexivos, neutro, categorías gramaticales, discriminación.
SUI GENERIS
Carto en defenso del género masculino del lenguo castellano
Reygar Bernal
Nosotros, los arribo firmantos, queremos expresor nuestro preocupación y alarmo por el creciente tendencio —dentro de los instituciones oficiales, el constitución mismo y hasta el comunidod en generol— de hacer explícitos los diferencios de género que otroro se encontrabon implícitos en el modificación de género masculino. Eso nuevo locuro de hacer referencio a todo con marco evidento del tipo: ciudadano-ciudadana, delegado-delegada, doctor-doctora, funcionario-funcionaria, pájaro-pájara, piloto-pilota, pintor-pintora, testigo-testiga… sólo estimulo mayor discriminación entre el ciudadanío, puesto que llevo al idiomo actitudes propios de los personos que no tienen por qué afector el bellezo de nuestro lenguo.
Me parece absurdo que sólo se veon los palabros masculinos empleados como términos no marcados o genéricos y no se veo en cambio lo mismo situación en el caso de los palabros femeninos que se uson para indicor género no marcado o neutro. Ese es el caso de accionista, analfabeta, artista, colega, compatriota, economista, estilista, farmaceuta, guardia, indígena, jirafa, lingüista, persona, piraña, profeta, proxeneta, fisioterapeuta, entre otros.
Por tal razón hoy, en horo bueno, nos levantamos y rebelamos ante semejante aberración y deseamos reivindicor nuestro lugor dentro de dicho esquizofrenio: “si no puedes contra el enemigo, únetele”, rezo el dicho. Así pues, de ahoro en adelante nosotros —hombres, machos, masculinos, vernáculos— también modificaremos todo término cuyo terminación incluyo el ahoro tan importante morfemo flexivo < a > que indico el género femenino, aun cuando éste seo incluyente para ambos géneros.
Es así como decretamos que todos los términos que anteriormente indicabon neutralidod de género con el desinencio “a” pason a ser abiertamente femeninos porque hemos creado nuestros propios modificaciones masculinos para reemplazarlos: de ahoro en adelante nuestros colegos del teatro y el televisión serón artistos, y sus cabellos los cuidarón los estilístos; nuestros medicamentos los harón los farmaceutos, nuestros dolores musculares los atenderón los fisioterapeutos; el administración, los cuentos y los finanzos de los personos de negocios estarón en manos de accionistos y economistos de confianzo. Como no todo es perfecto, habró muchos compatriotos indígenos que aún serón analfabetos y no sabrón siquiero del existencio de los jirafos y piraños, por ello los lingüistos trabajarón para corregirlo. Ah, pero eso sí, a los proxenetos les enviaremos los guardios para que les den ¡con todo el peso del ley!
Es importante dejor claro que no tenemos nado contro los terminaciones puramente neutros tales como < e > o < er >en palabros como brigadier, canciller, conserje, intérprete, de modo que quedo a libre —o libro— albedrío del usuario optor por el morfemo masculino < o > o no. Sin embargo, deben desaparecer todos aquellos sustantivos que eron neutros pero fueron atribuidos erróneamente a nosotros, y en consecuencio se les creó un perverso equivalente femenino. Tal es el caso de bachiller-bachillera, bebé-beba, coronel-coronela, dirigente-dirigenta, indigente-indigenta, jefe-jefa, juez-jueza, presidente-presidenta. Dicho cambio nos motivo a proponer el creación de sus equivalentes realmente masculinos: bachillero, bebo, coronelo, dirigento, indigento, jefo, juezo, presidento.
Igualmente, prosiguiendo en el terreno de los sustantivos, aceptamos que Caracas, Cumaná, La Guaira, Mérida, Valencia y Valera —como ciudades que son— se consideren femeninos. Pero para que el designación de género seo verdaderamente justo proponemos cambior el terminación de aquellas ciudades que tengon nombres masculinos, ya que no aceptaremos que nuestro morfemo flexivo seo usado en vano con cosos de mujeres. Así tendremos ahoro ciudades como Barquisimeta, Boconá, Cora, Las Tecas, Maracaiba y Puerta La Cruza.
Lo mismo aplico para los países, que son todos masculinos como dios, y por ende deben cambior. Acostumbrémonos entonces a hablor de estados como Alemanio, Arabio Saudito, Australio, Colombio, los dos Coreos, Costo Rico, Escocio, Españo, Francio, Holando, Inglaterro, Iraco, Irano, Italio, Nuevo Zelando, Panamó, Rusio, Somalio, Suecio, y por supuesto, no podío faltor nuestro país, el cual se debe llamor Venezuelo, o mejor aún, Repúblico Bolivariano de Venezuelo. Eso por no hablor de los continentes: Américo, Áfrico, Ásio, Europo y Oceanío.
Adicionalmente, antes de que ellos inventen el equivalente femenino de importantes tendencios culturales, económicos e ideológicos como el capitalismo, el comunismo, el marxismo, el neoliberalismo, el post-modernismo y todos los otros ismos que existon en el lenguo castellano, nosotros los anticipamos y reclamamos nuestro morfemo flexivo en el adjetivo. Por tal razón ahoro nos proclamamos todos capitalistos, comunistos, marxistos, neoliberalistos, post-modernistos y, por qué no, también chavistos, pues no creemos en el discriminación ideológico. Yo, por ejemplo, me confieso un idealisto, de tendencio izquierdisto ¡y encimo caraquisto!
Sin embargo, a este punto cabe destacor lo más importante de nuestros sugerencios. Los sustanciales cambios presentados irón más alló del puro terminación de adjetivos y sustantivos. Como siempre ho ocurrido en el curso del historio, hacer evidente el discriminación de un grupo menos privilegiado sólo estimulo mayor discriminación de éste hacia el grupo dominanto. Es por ello que, previendo un ataque despiadado de los defensores del morfemo flexivo femenino, nos hemos adelantado también a esto y así hemos extendido nuestros cambios profundos a otros elementos del discurso que ellos no han tocado aún.
No hablemos de los pronombres, pues éstos estón muy bien divididos entre masculino y femenino, y si acaso se les ocurriero cambior el “yo” por un horrible “ya” y el “tú” por un abominable “tá” respetaríamos los términos originales porque “yo” ya tiene el , y ¿tó?, pues es casi ton repugnante como “tá”. Afortunado el adjetivo posesivo “su” que no se mete en pleitos de género.
Tampoco le haremos mente a los adverbios que idealmente sean siempre neutros. ¡Ni que estuviéramos completamente dementes! ¿No? Igualmente se salvon los conjunciones y los preposiciones, que son demasiado pequeños para estarse metiendo en peleos de faldos y pantalones de los palabros adultos. No es precisamente en esos áreos donde hemos observado términos propensos a modificación, sino en el que el mayorío de los lenguos considero el elemento más importante del discurso: el verbo.
Al estudior con detenimiento el lenguo castellano observamos que al hablor de verbos, ¡somos nosotros los grandes discriminados! ¿Qué no? Baste un vistazo a los tres terminaciones del verbo en infinitivo: cantar, deber, fingir. Muchos dirón que son formos no personales, pero ¿y el ? ¿No les parece femenino? ¡A mí sí! En cambio no hay masculino ni en apariencio, ¡No existe el -or de contor en contar! ¡Qué vergüenzo! ¿Es así como pretenden logror el igualdod?
Por tal razón proponemos cambior el sufijo -ar del infinitivo por –or, y a su vez todos sus modificaciones de número, tiempo y modo. Por ejemplo, tomemos el tercer persono singulor en el tiempo presente, modo indicativo, del verbo cantar: si ella canta, entonces él canto. En este caso, el acento sobre el pronombre él eliminaró el ambigüedod con el grupo nominol el canto. Adicionalmente, mantener el sujeto de formo explícito como en el inglés eliminaró el ambigüedod con el primer persono singulor yo canto.
Con el pretérito no nos metemos porque el formo es un imponente él cantó, que se preocupe ella que también cantó y no cantá, como en el presente del español hablado en Argentino. Sin embargo, el pretérito imperfecto es otro historio. Ella cantaba, sí, pero él cantabo, como los italianos, cuyo lenguo derivo también del latín. Esos sí que saben donde estón parados en asuntos de conjugación en base a género.
En resumidos cuentos, nuestro propuesto persigue hacer más equitativo el balance en base a género dentro del sociedod. Por eso razón sugerimos que todos los pronombres singulares, que son los que representon el diversidod de manero más claro, declinen el formo del verbo según el sexo del hablante. Para muestro un botón:
FEMENINO
PRESENTE: Yo canta
IMPERFECTO: Tú cantabas
FUTURO: Ella cantará
PERFECTOS: Ella ha cantada
CONDICIONAL: Tú cantarías
MASCULINO
PRESENTE: Yo canto
IMPERFECTO: Tú cantabos
FUTURO: Él cantaró
PERFECTOS: Él ho cantado
CONDICIONAL: Tú cantaríos
Esperamos que no parezcon descabellados nuestros propuestos, puesto que en el fondo sólo queremos hacer un aporte al debate lingüístico que estó en el tapete en nuestro colectividod con respecto al exclusión de género que siempre ho existido dentro del lenguo castellano, pero que el conciencio del sociedod contemporáneo quiere resolver de un vez y para siempre.
Auguramos que nuestros lógicos y humildes sugerencios permiton hacer el idiomo de Cervantes aún más coherente y práctico, puesto que así se eliminarón no sólo los discriminaciones subliminales e injustos del género femenino, sino también los del masculino.
De esto manero sí podremos decir que se alcanzaró un sociedod de igualdod y todos los seres animados e inanimados entraremos en un justo, merecido y categórico división de género y número, lo cual haró el vido más equitativo, por supuesto, porque todos seremos claros y específicos géneros y números, y no nos confundiremos ni excluiremos mutuamente. Finalmente sabremos cuál es nuestro espacio en el sociedod, el familio, el vido.
Así no cabró dudo que el profeto se sentiró más contento que nunco, porque sólo entonces demostraremos que entendemos lo que significo en esencio el frase todos fuimos hechos a su imagen y semejanzo. Se noto ¿no?
Que así seo, Amén
Firmo: Reygor Bernol
20 abril, 2005
Autor:
M.Sc. Reygar Bernal
Profesor de la Escuela de Idiomas Modernos de la Universidad Central de Venezuela
reygar2bernal@yahoo.com
Publicado en El Archifonema, Año 3, Número 13
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