Contrato de prestadores de servicios lingüísticos

La inmediatez actual en el trato con nuevos y antiguos clientes puede jugarnos una mala pasada al no establecer desde un primer momento todas las condiciones del encargo —de ambas partes: de quien solicita el servicio y de quien lo presta—. Olvidamos hacer las preguntas de rigor, bien por inexperiencia, por temor a resultar exigentes, para concretar de inmediato o por dar por sentado algunas cosas.

Antes de aceptar un proyecto o encargo

Debemos tener claro el alcance del servicio que se nos solicita: el tipo de traducción o interpretación que requiere el cliente; el área o tema de especialización; el par de idiomas; la fecha de inicio y culminación del servicio; o los honorarios y condiciones y forma de pago.

Para ofrecer y aceptar tus servicios, tan importante es conocer toda la información posible sobre el encargo como la información del cliente. Si una empresa con la que no has trabajado antes se comunica directamente contigo para conocer tu disponibilidad para una traducción o interpretación, averigua todo sobre ella: quién es la persona que se comunicó contigo (¿es real?); verifica direcciones de correo electrónico; consulta las referencias en línea sobre la empresa; pregunta en foros si alguien ha recibido una oferta similar, para descartar posibles estafas.

¿Qué debería incluir un acuerdo de trabajo «informal»?

Cuando tratamos directamente con personas —que, por lo general, no están familiarizadas con la traducción o interpretación, y con quienes acordamos todo por chat o por correo electrónico— deberíamos poner todo por escrito —en estos casos, las palabras se las lleva el viento— para evitarnos malos ratos:

  • El tipo de servicio que prestaremos y su alcance:
    Traducción: ¿se limitará solo a traducir o incluye transcreación o edición de imágenes? Forma de entrega (en físico o en digital).
    Interpretación: tipo de interpretación, jornadas de trabajo, requisitos de equipos, presencial o virtual.
  • Idiomas de trabajo
  • Fechas y plazos
  • Honorarios y formas de pago
  • Cancelación del encargo una vez aprobado el presupuesto e iniciado el trabajo

¿Qué debería incluir un contrato de trabajo?

Un documento escrito en el que se establezca el compromiso de las partes debe identificarlas, con nombre y apellido. Además, debe incluir la descripción detallada y específica del servicio que se prestará —evita ambigüedades y múltiples interpretaciones—, todo lo relativo a confidencialidad y derechos de autor, de haberlos, los honorarios —sea por palabra, por hora o por tipo de servicio—, forma y condiciones de pago, posibles recargos futuros, forma de entrega del servicio y cancelación del encargo una vez aprobado el presupuesto e iniciado el trabajo.

En el caso de servicios de interpretación es importante aclarar qué es una jornada de trabajo —cuántas horas incluye, los recesos necesarios y si debe haber dos intérpretes o más— no vaya a pensar el cliente que puedes estar cuatro horas o más interpretando sin parar.

Consejo: ten uno o dos contratos modelo —por tipo de servicio— y actualízalo a medida que algo genere dudas o falte. También puedes crear una o varias plantillas de correo con la información mínima que tú necesites conocer del cliente para enviarle una oferta de servicio.

No tengas miedo a hacer preguntas. Podrás brindar un mejor servicio cuando tengas claro lo que el cliente necesita, y ambas partes sabrán qué esperar de la otra.