La pausa

«Saber que uno siempre cuenta con el privilegio de la pausa. Descender la intensidad de la marcha… Despacio. En ese silencio donde la verdad, siempre, te es revelada.»

(Lorena Pronsky, El privilegio de la pausa)

Este extracto me hizo pensar en la importancia de la pausa, no solo en la vida, sino también en la traducción. Lo importante que es enfrentar un encargo o proyecto con el tiempo suficiente para investigar y leer sobre el tema; darle al texto el tiempo y la atención que merece.

Muchas personas creen, erróneamente, que quienes nos dedicamos a la traducción profesional somos una enciclopedia o diccionario ambulante. Aun cuando por nuestro trabajo podamos tener amplios conocimientos sobre muchos temas, no somos expertos en todo. Más bien, a medida que adquirimos más experiencia —o es lo que me pasa a mí— más dudas nos surgen a diario en nuestro quehacer que nos exigen estar al pendiente de miles de detalles para realizar una buena traducción.

Es la calma, la quietud, la que nos permite leer y comprender un texto en toda su dimensión, extraer la intención de la autora o del autor, leer entre líneas, reexpresar las ideas, mantener el estilo o el tono, dar con el equivalente correcto o con la traducción adecuada, o consultar a especialistas para que nos aclaren dudas y expliquen conceptos.

Estar todo el tiempo en «modo hacer» evita que prestemos verdadera atención a lo que estamos haciendo. Escuchamos pódcast, tutoriales y videos a 1,5x o 2x —la mayoría de las veces mientras realizamos otras actividades—; esto nos permite extraer la idea general de lo que escuchamos, pero no los detalles (información valiosa).

¿Quién no ha dado con una traducción mientras se baña, camina (o hace ejercicio), admira un atardecer, hace una pausa? Cuando estaba en la universidad —hace muuuuchos años e internet no era lo que es hoy—, no daba con el equivalente inglés de «niños de la calle» para una tarea. Decidí hacer una pausa para despejar la mente; encendí la radio y sonó una canción de U2 en la que hablaban de «street children». ¿Coincidencia? Lo cierto es que no le hubiese prestado atención a la letra de la canción si hubiese estado absorta en la tarea o haciendo varias cosas a la vez.

Es la pausa la que nos permite pensar, reflexionar, descansar —tan necesario para nuestro cerebro—. Cuando hablo de pausa, me refiero también a tomarnos un descanso de la tecnología; sumergirse en las redes sociales y escrolear por horas no es descansar la mente.

Tú, ¿disfrutas del privilegio de la pausa?

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