Monitores de trabajo

Hace unos ocho años hice mi primer intento de trabajar con dos monitores: el de mi computadora de escritorio y un televisor de 32’ —quería probar si tener dos monitores me sería útil—. No me gustó la experiencia: el televisor era muy grande y el espacio algo reducido; no me resultó cómodo trabajar así.

Durante los primeros meses de la pandemia decidí «mudarme» a la portátil —me permitía cambiar de «ambiente interior» y sentir que salía de casa—. Comencé a disfrutar su flexibilidad. Cuando me establecí de nuevo en mi escritorio hice la prueba de conectar el monitor de la PC a la portátil, y me encantó.

Entendí las bondades de trabajar con dos monitores:

  • tener un campo de visión más amplio y mayor espacio de trabajo;
  • comparar documentos, uno al lado del otro y a buen tamaño;
  • trabajar con varios programas al mismo tiempo sin necesidad de minimizar o saltar entre ventanas;
  • mayor productividad y eficiencia —relacionado con lo anterior, ya que en el segundo monitor puedes tener material de referencia o motores de búsqueda—.

Sueño con los monitores amplios y múltiples de quienes se dedican a jugar videojuegos. Ahora, cuando salgo de casa y debo volver a trabajar con un solo monitor me pregunto cómo pude trabajar así por tanto tiempo.

Aproveché la temporada de ofertas por viernes negro y ciberlunes para averiguar si existen monitores «viajeros» que pueda conectar a la portátil o tener un tercer monitor. En mi búsqueda aprendí que existen también extensores de pantalla, doble y triple, es decir, una carcasa que se ajusta a tu portátil y permite conectar una o dos pantallas adicionales.

¿Qué características se deberían considerar antes de comprar un segundo monitor o uno portátil?

Compatibilidad y conectividad: Debería poder conectarse a varios tipos de dispositivos (portátil, PC o móvil) y sistemas operativos —para no limitar su uso— y hacerlo fácilmente. Fíjate en los puertos disponibles de tu equipo y del monitor (USB y HDMI). ¿Admite tu portátil o PC monitores adicionales? ¿Incluye soporte propio?

Tamaño: La elección dependerá del uso. Prueba qué tamaño se adapta a tus necesidades. ¿Lo vas a usar a diario o solo para trabajar fuera de casa? ¿Tienes espacio en tu lugar de trabajo? ¿Es aparatoso?

Resolución de pantalla: Una baja resolución sería suficiente si solo trabajas con texto, pero no necesariamente si trabajas con gráficos, edición/corrección o diseño. ¿Permite cambiar la configuración o ajustar el brillo?

Consumo de batería: Si no tiene batería propia, ¿cuán rápido agotará la batería de la portátil?

Peso: Debería ser ligero y delgado para que sea fácil de transportar, si lo compras para llevarlo contigo adonde trabajes o de viaje.

Antes de tomar una decisión, infórmate, lee referencias y comentarios de fuentes confiables, ve a una tienda para conocer de primera mano cómo funcionan. Yo aún no me decido por un tercer monitor ni por uno viajero.